Cómo preparar un debate (aunque estés empezando)

Debatir no es sólo para los abogados de las películas o los expertos políticos de la tele: es para ti, para los curiosos, los audaces y para cualquiera que esté dispuesto a afinar sus ideas y expresarlas con claridad y confianza.

Por eso, al entrar en un debate, un discurso o una conversación (o incluso cuando simplemente queremos abordar un tema desde un enfoque de pensamiento crítico y comunicación estructurada), es clave tomarnos el tiempo necesario para organizar nuestra mente.

En esta guía aprenderás a prepararte para un debate paso a paso, sea cualsea el formato. Y para que puedas ponerte manos a la obra, hemos creado una hoja de trabajo gratuita para la preparación de debates en PDF que puedes descargar, imprimir y rellenar cada vez que te prepares para un nuevo debate. ¿Listo para subir de nivel?


No construirías una casa sin un plano. Lo mismo ocurre en un debate. La preparación consiste en organizar tus ideas, anticiparte a los movimientos de tu oponente y estar preparado para cualquier cosa. Una buena preparación te da confianza para mantener la calma, la agudeza y la persuasión, incluso bajo presión.

Asegúrate de que no te centras en memorizarlo todo, esto puede tener el efecto contrario. Puede estresarte, haciendo que lo olvides todo y adormeciendo tu mente, o haciéndola perezosa, ante los importantes esfuerzos del pensamiento crítico.

Piénsalo como una partida de ajedrez: tus argumentos son tus piezas, y la preparación es la forma de poner el tablero a tu favor.


Antes incluso de elegir un bando, tienes que desglosar la resolución o el tema del debate.

  • ¿Qué significa realmente?
  • ¿Hay algún término clave que deba definirse?
  • ¿Podría interpretarse de distintas maneras?

Escríbelos. Esta es tu base. Los debatientes que se saltan este paso suelen acabar argumentando algo distinto a sus oponentes. No seas esa persona. Porque podrían acabar argumentando (sí, lo has adivinado) sobre la persona y no sobre el argumento.

Uy.


Una vez que entiendas el tema, decide cuál es tu postura. Y lo más importante: por qué.

No necesitas una docena de razones. Empieza con 2-3 puntos sólidos que apoyen tu postura. Éstos se convertirán en tus argumentos principales. Piensa en ellos como los pilares de tu caso.


Los buenos argumentos no son sólo opiniones: están respaldados por pruebas, lógica o ejemplos. Para cada uno de tus 2-3 puntos principales, intenta:

  • Añade una estadística, dato o ejemplo real relevante
  • Utiliza analogías o comparaciones para hacerlos relacionables
  • Asegúrate de que cada uno responde a la pregunta central del debate
  • Aprende la narrativa habitual de cada bando
  • Dibuja un mapa histórico del debate

Bonus: imagina a tu oponente intentando hacer agujeros en tu argumento. Si puedes tapar esos agujeros de antemano, tu argumento será a prueba de balas.


Ahora dale la vuelta a la mesa. ¿Qué diría alguien en contra de tu postura?

Enumera los mejores argumentos que podrían aportar. Esto no es sólo defensivo, es estratégico. Cuanto mejor entiendas el caso contrario, más sólidas serán tus refutaciones.

Después, prepara respuestas breves y tajantes a cada una de ellas. No hace falta que escribas un discurso completo, sólo ideas clave y contrapuntos en los que puedas basarte durante el debate.


Tu introducción marca el tono. Sé claro y confiado:

  • Indica el tema
  • Define los términos
  • Presenta tu posición
  • Previsualiza tus puntos principales

Piensa en ello como en los créditos iniciales de una película: no lo des todo, pero prepara lo que está por venir.

Tu conclusión, en cambio, es la caída de tu micrófono. Resume tus argumentos, vuelve a la idea principal y deja al público con algo que recordar.


Hemos creado una hoja de ejercicios imprimible gratuita para guiarte por cada uno de estos pasos.

📝 Haz clic aquí para descargar la Hoja de trabajo de preparación para el debate (PDF)

Incluye espacio para:

  • Aclarar el tema
  • Definición de términos
  • Redactar argumentos y refutaciones
  • Planificar la introducción y la conclusión

Tanto si eres un pensador visual como si simplemente te gusta la estructura, esta herramienta te ayudará a prepararte de forma más inteligente, no más difícil.


  • Cronométrate. Practica la exposición de tus argumentos dentro de un límite de tiempo.
  • Ensaya con un amigo. Aunque no estén debatiendo con la otra parte, sus preguntas pueden revelar lagunas en tu preparación.
  • Sé flexible. A veces un punto no llega. Ten preparadas copias de seguridad.
  • Mantén la calma. La preparación te da confianza. Confía en ello.

Debatir consiste en ser mejor pensador, oyente y orador. Cada vez que te preparas, te vuelves más agudo. Cada vez que debates, creces.

Hicimos este breve (y muy dulce) artículo con la esperanza de que lo tomes como una columna vertebral general para tu viaje de debate. Es genial para principiantes y aún mejor si lo que quieres es tener una comunicación eficaz, fascinante y estructurada dondequiera que vayas.

Ahora coge tu hoja de ejercicios, elige un tema y deja volar tus ideas.

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